martes, 28 de junio de 2011

¿ CUAL FUE LA RAZÓN DE EVANGELIZAR EN AMÉRICA?


Yo pienso que la evangelización en América fue buena Aunque en esta misión concierna, a toda la Iglesia y a cada uno de sus miembros, el Señor escogió a algunos para que fueran evangelizadores enteramente dedicados a esta misión y a título permanente. Es decir, la vida misma de esos enviados estará marcada con esta misión hasta el punto de que no podrán realizarla más que a expensas de sí mismos y sacrificando su vida terrestre hasta la muerte. Pues que evangelizare en esos tiempos era muy difícil para los predicadores ya que los descendientes no los querían mucho porque pensaban que era trampas para agarrarlos y someterlos al dominio español

La Evangelización en América fue la acción misionera realizada bajo la dirección de los monarcas españoles en la América hispana, por concesión papal a través de diferentes bulas.
A partir de la llegada de las primeras noticias del descubrimiento de lo que sería dado en llamar Nuevo Mundo a cargo de Cristóbal Colón, los Reyes Católicos y sus sucesores comenzaron a recibir numerosas concesiones, relacionadas con el derecho de ocupación de las nuevas tierras y el dominio sobre sus habitantes, como una donación papal. El Papa, que tenía la potestad de entregar los territorios recién descubiertos a los príncipes cristianos, en función de este principio repartió el continente americano entre España y Portugal.
En este siglo había en Chile 5 órdenes: Dominicos, Franciscanos, Agustinos, Mercedarios y Jesuitas con 191 religiosos.
Los franciscanos y los dominicos comenzaron una labor misionera cerca de los pueblos indígenas utilizando la persuasión para convencerlos, aunque también existían algunos evangelizadores que solo vinieron a hacer fortuna a América.
Los franciscanos fueron los primeros en llegar a Chile, pero además de estas órdenes aquí se encontraban los mercedarios, los agustinos y los jesuitas. Estos últimos, gracias a la influencia del padre Luís de Valdivia y de la guerra defensiva, consiguieron extenderse en la región araucana.

En 1535, Diego de Almagro parte con su expedición hacia el sur, atravesando los actuales territorios de Bolivia y norte de Argentina para luego atravesar los Andes y llegar a Chile a fines de 1535. Acompañaban esta expedición dos sacerdotes mercedarios, el P. Antonio Solís y Antonio de Almansa y el clérigo Cristóbal Molina. De su paso por el territorio Boliviano, surgen las comunidades que darán origen a la diócesis de Charcas o la Plata en 1552, que luego será elevada a arquidiócesis en 1609.

En enero de 1536, llega a las costas del Río de la Plata don Pedro de Mendoza con diez naves y el 22 de Enero funda el puerto de Nuestra Señora Santa María del Buen Ayre. En esta expedición llegaron varios sacerdotes, clérigos y religiosos, entre los que se contaba fray Luis de Herrezuelo, religioso jerónimo, los padres franciscanos Fray Bernardo de Armenta y fray Alonso Lebrón y los mercedarios Juan de Almancia y Juan de Salazar. Los franciscanos pasaron después de un breve tiempo al Brasil, el P. Herrezuelo estuvo en Paraguay hasta 1544 año en que regresó a España, y el padre Salazar quedó doctrinando por estos lugares, siguiendo la suerte de los conquistadores. En 1547 se crea la diócesis de Paraguay.

A mediados de 1543, salieron del Perú en expedición exploradora hacia el Tucumán los capitanes Diego de Rojas, Felipe Gutiérrez y Nicolás de Heredia. Siguieron el camino de Almagro y llegaron con su gente al territorio argentino a fines de dicho año, permaneciendo por estos lares durante un tiempo. En calidad de capellán venía el sacerdote secular don Juan Cedrón que luego siguió su camino con los expedicionarios. En 1550, llegó al Tucumán Juan Núñez del Prado, acompañado de los padres Dominicos Fray Alonso Trueno y Fray Gaspar de Carvajal, quienes recorrieron parte de región evangelizando a los naturales. Núñez fundó la ciudad del Barco, primera del noroeste argentino, donde los dominicos fijaron también su residencia. Luego de tres traslados de la ciudad, en 1553 Francisco de Aguirre la fijó en su asentamiento definitivo dándole el nombre de Santiago del Estero Nueva tierra de Promisión, madre de todas las ciudades del norte argentino. En esa misma fecha, los padres dominicos retornaron hacia el Perú, quedando la región sin sacerdotes por más de tres años. A fines de 1556, cinco expedicionarios pasaron a Chile y trajeron consigo nuevamente al clérigo don Juan Cedrón que se estableció en la región. Poco después, a fines de 1557 entró al Tucumán el capitán Juan Pérez de Zurita, quien trajo al sacerdote secular Juan Rojo. De este modo, ambos sacerdotes sostuvieron por varios años la cruz de Jesucristo en el norte del territorio argentino. En 1561 llegan también los mercedarios al antiguo Tucumán, y más tarde los franciscanos, y años después, en 1585 los Jesuitas. A estas tres Ordenes, debe la Argentina la conversión y civilización de sus primeros moradores. En 1570 se crea la diócesis de Tucumán, sufragánea de la de Charcas.

¨Buscaban, en primer lugar, sacar a las poblaciones autóctonas de las creencias animistas, fetichistas y heliocentristas muy antiguas, vivas, complejas y variadas; llevan a cabo con sentido práctico una catequesis elemental e introducen con éxito el sentido de las bienaventuranzas, en medio de unas concepciones religiosas cargadas de trascendencia divina, que, no obstante, están mezcladas con un pesimismo y un fatalismo existencial acentuados; la sacra mentalización llega en cuanto se nota en el alma de los catecúmenos un mínimo de adhesión personal para que los Sacramentos de la iniciación cristiana -el bautismo, la confirmación y la Eucaristía- puedan constituir el punto de arranque indispensable para la vida sobrenatural y el crecimiento de la fe inicial. Claro está que los misioneros eran una pequeña minoría entre los europeos que llegaron al nuevo continente. No se puede juzgar el esfuerzo misionero por lo que hicieron otros. Hay casos de colonos europeos a quienes la codicia les empuja a explotar las riquezas naturales abusando de los indígenas. De todas formas, es admirable e empeño que desde la metrópoli se pone en superar el obstáculo natural de las enormes distancias que la separan del Nuevo Mundo, y que son la causa de que cualquier intercambio de informaciones, ideas, personas o bienes, exija de seis meses a un año de viajes -ida y vuelta- por el mar y las tierras. Los jesuitas extendieron su radio de acción hacia los Grandes Lagos, por la cuenca del río Mississippi hasta la desembocadura y hasta la bahía de Hudson. De 1684 hasta 1768, los sacerdotes de las Misiones Extranjeras fueron los evangelizadores de la Acadia. Los sulpicianos se extendieron por los lagos Ontario y Ottawa¨.

Si yo hubiese tenido el poder en esos años impondría leyes contra los españoles para que no destruyan lo que los predicadores avían logrado con su fe y enseñando a diferentes tribus ya que por los caminos que transitaban los curas o jesuitas también iban los españoles con intenciones de conquistar a esas personas y destruían todo y mataban mucha gente y iglesias que habían construido los predicadores. Como resulta obvio, el propósito esencial de la Conquista no se hubiera
alcanzado sin una verdadera compenetración de los dos poderes, el temporal y el espiritual, simbiosis que no conoce mejor ejemplo en la historia. Ya que la evangelización tubo un visto bueno en la conquista ya que las personas de chile estaban mas tranquiladas y no se oponían tanto a la conquista y aceptaban a los españoles y dejaban todas sus creencias y aceptaban la fe cristiana.